miércoles, 22 de diciembre de 2010

Carrera popular Vuelta a las Ermitas




Mañana un poco fresquita la de este domingo 19 de diciembre, pero en la que poco a poco nos fuimos calentando, gracias sobretodo, al buen ambiente, y a los fantásticos avituallamientos, que los voluntarios nos llevaban corriendo más que nosotros, de una ermita a otra.


Como digo, en una mañana un poco fresquita, me presenté con Martin, en el Camping San Jorge, y tras esperar casi hasta las 9, nos empezamos a poner “nerviosos” por la tardanza, ya que no veíamos a nadie con pinta de hacer deporte, por lo menos de salir a hacer penitencia por las ermitas, tan solo entraban algunos valientes, supongo que a jugar un partidillo de fútbol.

Por la lejanía me pareció ver a un “individuo” con pintas de corredor que se dirigía hacia la zona del cerro, y en ese momento, otro nos indico que si íbamos a correr habían quedado en el Palacio de los Deportes. ¡ya nos parecía que se habían pegado muchas mantas!

Nos dirigimos al Pabellón y encontramos a más de 20 penitentes y penitentas dispuestos a pasar la mañana del domingo como deber ser…

Salimos bastantes pasadas las 9, después de los correspondientes saludos y presentaciones, ya que en mi caso no conocía a casi nadie, aunque muchos me sonaban de la pasada y muy grata Galopada Belsué-Nocito.

Empezamos cumpliendo con la primera ermita, San Jorge, la más “dura”, con una pendiente de más del 30%, superado esto, ya no habría problema, a pesar de que era el único punto que no tenía avituallamiento. Después de la foto, para demostrar nuestro paso, salimos vertiginosamente, cuesta “pa bajo”, para comenzar, ahora sí, nuestro paseo matutino. Nos dirigimos por el hospital San Jorge hacia la circunvalación, para llegar al camino que lleva a la ermita de Salas. Un tramo muy tranquilo, en el que tuvimos que ir con cuidado ya que pisábamos mucha carretera. En la Ermita, en la que hacía mucho tiempo que no había estado, ya teníamos preparado nuestro avituallamiento, la verdad es que solo tomé un poco de agua en la fuente, todavía no habíamos hecho hambre.

Salimos por el camino que lleva a cárnicas Ferrer, y pasando por los “pasos de cebra”…creo, nos dirigimos por la Escuela de Idiomas a la Ermita de Los Mártires, en este lugar, ya teníamos afición animándonos para superar la pequeña cuesta que nos lleva a la ermita y cementerio, donde quedó plasmada nuestra presencia con una foto, que fue tomada, digamos, de una manera “bastante profesional”.

                                          
Desde aquí, rotonda del mulo, vivero, y psiquiátrico, para llegar a la Ermita de Santa Lucía, aquí antes de la foto de rigor, disfrutamos algo más de la charla amenizado con el avituallamiento, creo que alguno fue en la última foto que salio…


Salimos por un camino dirección norte, por el que nunca había estado, y la verdad, estaba bastante bien. Llegamos a la Ermita de Jara, en la que las vistas de la Sierra eran muy bonitas, y a la que hace mucho tenía ganas de visitar, ya que la había visto antes de rehabilitar y me picaba la curiosidad. Aquí, aunque el coche de apoyo no pudo llegar, sí lo hicieron sus “componentes”, subiéndonos corriendo, casi más que nosotros, el avituallamiento.






Por un caminito tipo “raid”, cruzamos un arroyo, -creo que el barranco de Morrano-, en el que no hubo opción para enmarcar ninguna foto, nadie se mojó...



Cruzamos la autovía por el km. 3, y seguimos por una pista de frente, aquí ya nos dejaron tres valientes para regresar a Huesca.




Pisteando y después de cruzar el río Isuela, llegamos a Chimillas por las balsas, cruzamos el pueblo, para casi antes de llegar a la carretera de Ayerbe meternos por una senda entre un campo de cultivo y una finca, y llegar a la Ermita Cillas, en la cual nunca había estado, y que me pareció un lugar estupendo para venir almorzar con la familia cuando empiece a apretar el calor. El avituallamiento y la charla aquí, se alargo un poco más de la cuenta, pero la verdad se estaba muy a gustito, ya que creo que en el avituallamiento iban apareciendo bebidas “súper isotónicas”.




Nos costó salir un poco, pero nos dirigimos a la última de las Siete, cruzamos la A-132, y por pista llegamos al último avituallamiento y Ermita, la de Loreto.

Aquí algunos ya teníamos un poco de prisa, supongo que alguno le tocaba hacer el menú. Después de sacar casi la última foto, tan solo nos quedaban unos tres kilómetros para llegar a San jorge después de unas tres horitas y de casi 23 kilómetros de un bonito “paseo” por las Ermitas. ¡Ah! Algunos llegamos a la primera y última Ermita “pa” sacarnos la foto y superar otra vez la “dura pendiente”, que esta vez, era menor, al atacarla por la cara norte del puerto…






Y después de plasmar el momento bajamos al pabellón donde después de un último picoteo, con trenza de Almudevar incluida nos despedimos, supongo que hasta no muy tarde, ya que estos Corredores Oscenses tienen preparadas varias salidas para animar estas Navidades, preocupándose muy mucho, para que nos mantengamos en forma, a pesar de los excesos.


Dar otra vez las gracias a los Corredores Oscenses, por permitir que algunos infiltrados os acompañemos en sus paseos.

Un saludo a todos.


                                                         Aquí teneís  MÁS FOTOS

jueves, 9 de diciembre de 2010

Video Ultra-Trail Sobrarbe 2010‏

Ya ha saliiiiiido...

lunes, 22 de noviembre de 2010

X Carrera campo a través Castillazuelo-Monasterio de El Pueyo



Las previsiones del tiempo eran malas: frió, lluvia, viento, y de hecho la lluvia me despertó. Me levante dispuesto a mojarme y llenarme de barro.


Dispuesto a todo, después de un buen desayuno, llené la mochila: mallas largas, camiseta de manga larga y corta, buff, guantes, gorra para evitar que se mojasen las gafas, chubasquero y las zapatillas de trail para el barro. Con todo esto, empecé a cargar el coche sobre las 10.30 y parecía que el tiempo quería acompañar ya que empezó a verse algo de cielo azul.

Sobre las 11.10 horas y sin gota de agua me planté en el pueblo de Castillazuelo, una localidad en la que estuvimos corriendo el año pasado una carrera de la liga aragonesa de orientación y en la que nos trataron muy bien.

En el pueblo lucia el sol, y un poco de viento refrescaba el ambiente, pero no impedía que un montón de niños y niñas se hubiesen animado -junto a sus padres- para disputar las diferentes categorías que desde Aguiluchos a Cadetes se habían preparado. Un buen ambiente y una buena cantera, no tiene ya de que preocuparse ningún veterano por su pronta retirada…

Casi todos los valientes estaban calentando músculo, entre ellos estaba mi amigo, el líder -por ahora- de la Liga Oro, Paco Jordán que estaba dispuesto a mantener la ventaja.



Fotos de Paco Jordán

A las 12 de la mañana, los casi 70 valientes, nos dispusimos a afrontar los 9,7 km. y los 420 m. de desnivel acumulado, con un solecito que animó a muchos a desprenderse de prendas de abrigo, en mi caso, opté por camiseta y mallas largas, y gorrita para proteger de alguna gota que pudiese caer. La verdad es que el tiempo fue magnífico, sopló un poco de aire que no molestó para nada el devenir de la carrera.


Dieron el pistoletazo de salida, para tras cruzar el río Vero, afrontar lo más duro de la carrera, una rampa para salir del pueblo de unos 50 metros de desnivel que me hizo sacar la lengua, y que sin haber calentado nada me costó un triunfo subir. Desde aquí empecé a coger el ritmo y a disfrutar del paisaje que era la primera vez que veía. Por unos caminos sin apenas barro y muy llevables nos acercamos poco a poco al monasterio, para sobre el kilómetro 3.4 afrontar una pequeña bajada que nos llevaba a empezar la subida al monasterio que teníamos frente a nosotros, empezamos con unos metros de campo de cultivo en la que a más de uno se le debió de quedar alguna zapatilla, después de esta “trampa” nos metimos en la carretera que sube al monasterio y empezamos subir poco a poco, algunos ya venían de vuelta cuando nos disponíamos a afrontar la última curva (me alegró ver que no me sacaban tanta ventaja). La vedad es que desde que salí y subí la primera rampa procuré fijarme en alguno que me pudiese hacer de liebre, y resultó que a unos 25 metros tenía a Javi Subías, pensé que no lo iba a poder aguantar, pero el caso es que más o menos mantuve la distancia hasta coronar la atalaya con su Monasterio. Pero a partir de aquí voló, vaya velocidad que llevaba el tío.


Mi bajada creo que fue buena, llevaba tras de mí a dos o tres corredores a los que les estaba haciendo de liebre, por el camino de bajada superamos a otros dos y en los dos últimos kilómetros creo que aceleré el ritmo ya que me despegué de mis acompañantes para casi dar caza a otro corredor (José Hernández) que sintió mi aliento en los últimos metros, para llegar en 43m 49s.

El ganador Javier Mariño Balaguer del club Hinaco Monzón con un tiempo de 0h 36m 7s.
La ganadora Mónica Saludas Lorenz del club Monzón con un tiempo de0h 46m 14s.


Después de esto nos tenían preparada una estupenda longaniza regada con un buen vino de la tierra del que dimos buena cuenta, y tras lo cual me tuve que despedir de los comensales para salir pitando, ya que la familia me esperaba en casa con la paella preparada.



Foto de Paco Jordán

En definitiva, una carrera muy bonita, con un tiempo  muy bueno para estas fechas, y un poco menos dura de lo que pensaba –claro ahora que he terminado…-

lunes, 8 de noviembre de 2010

IV Galopada Belsué-Nocito

Eran poco más de las 9 de la mañana cuando salimos los de Siétamo (Martin y yo) con dirección a Belsué, salimos con solecito, pero a medida que nos acercábamos a la sierra las nubes nos cubrían. En media horita ya estábamos calentando los músculos, ya que el viento frío de la sierra se te metía en los huesos. No había mucha gente pero poco a poco fueron llegando más atrevidos para dar este “paseito” por un bello lugar, sobretodo en esta época del año, con todos esos colores que presentan los árboles.


Par mí era la primera Galopada, aunque en realidad tampoco lo iba a ser del todo ya que no llegamos a disputarla como tal, pues mientras calentábamos para entrar en calor uno de los corredores nos contó que un tal Luis lo iba a realizar por una senda -al parecer el GR 1 pasa por Belsué y Nocito-, se nos planteó la duda y estuvimos unos instantes indecisos, hacerlo por el Gr o por la pista asfaltada, finalmente decidimos hacerlo con Luis, pero no teníamos claro sí a lo largo del camino enlazaríamos con el resto.

Poco después de tener tomada la decisión llegó el que sería nuestro guía por lo menos en los primeros instantes y resulto ser…, pues sí, también de Siétamo. Vaya casualidad, los tres “locos” que iban por la senda eran de Siétamo.

Después de sacarnos dos o tres fotos para plasmar el momento y pasadas las 10.15 horas salimos en dirección a Nocito, unos, casi todos, por la pista asfaltada y otros, los tres locos de Siétamo por el GR1.



 
Foto de Martin
 
Foto de Martin

La verdad, nada más empezar, la pista parecía un tapiz…vamos, una maravilla. Empezamos subiendo un poco para llegar con una ligera bajada a la Pardina Ascaso, que según parece fue un lugar de acampada juvenil y en la que nuestro guía había pernoctado en su juventud, desde aquí ya veíamos las badinas del Flumen que presentaban una vistas magníficas y que en una época más veraniega nos hubieran demorado la marcha para “catar” sus aguas, pero esta vez nos tuvimos que conformar con vadearlo, no sin antes degustar tras Luis las aguas de una fuente que surgía junto a su lecho.


Fotos de Martin

Tras seguir disfrutando del excelente piso del camino y del colorido del entorno llegamos a Santa María de Belsué, aldea despoblada que al parecer es de propiedad privada y que está en ruina, posee un interesante templo declarado Monumento Histórico Artístico del s.XI y que según Luis es románico. Por estos lares divisábamos al resto de corredores por la carretera pero dado lo bonito de nuestra ruta preferimos seguir por el GR. Desembocábamos en la pista que lleva a Lúsera en la que encontramos un pequeño avituallamiento que nos había acercado el coche de apoyo, un poco de platanito y agua para afrontar una pequeña subida -aquí dejamos la compañía de nuestro hasta ahora guía-.

Unos sube y baja, y dos o tres barranquitos nos separaban del también deshabitado pueblo de Lúsera, población muy bonita con varias edificaciones de piedra en pie, aunque no por mucho tiempo, y con algún paso abovedado bajo el cual pasamos y dejamos constancia:




Fotos de Martin




Hasta aquí íbamos viendo por momentos al resto de corredores, pero al introducirnos en el Barranco de Santa Coloma dejamos de vernos, supongo que a partir de aquí nos teníamos que concentrar más en la ruta, pues ambos grupos teníamos que superar una subidita considerable.

Afrontamos la subida del barranco para seguir por los Collados de Santa Coloma y Barbero y bajar para cruzar por segunda vez el río Flumen, que aunque con el mismo nombre no es el mismo río – curiosa coincidencia la de estos ríos que apenas se separan 5 kilómetros en nuestra ruta y que se funden en la cabecera del Embalse de Santa María de Belsué-, en este lugar, tres pastores observan como vadeamos el río y tras los saludos de rigor nos advierten que más adelante nos encontraremos con unas vacas y algún toro y que procuremos pasar con cuidado para no asustarlas, nosotros como buenos ciudadanos de campo hacemos caso a pie juntillas y ascendemos en fila india tras las vacas, observando las partes bajas, para intentar detectar el ejemplar masculino y poder reaccionar a tiempo en caso de algún movimiento extraño, cuando el camino se abre un poco aceleramos la marcha y todos los ejemplares se dispersan dejándonos paso libre para llegar a la carretera a la altura de la Pardina Orlato en la que nos esperaba el coche de apoyo con el segundo avituallamiento, un poco de naranja y agua, y a afrontar los últimos kilómetros que nos separaban de Nocito por una bajada rápida y en algunos tramos un poco técnica.




Fotos de Martin

La larga baja nos lleva a Nocito donde después de cruzar el puente medieval sobre el río Guatizalema nos espera la familia para llevarnos de vuelta a Belsué.



Fotos de Toñi

Al llegar a Nocito, muchos ya lo habían hecho, algunos de ellos hicieron parte del camino de vuelta corriendo, otros todo, y el resto consideramos que nos sentaría mejor un ducha, que gracias a la amabilidad de un vecino del pueblo nos dimos en su casa…una maravilla, muchas gracias.

Después de estar duchaditos nos dimos un paseito con la familia para que los niños desfogaran un poco y como el día estaba un poco frío nos montamos en el coche para tomar el “avituallamiento” que nos habían preparado las gentes de Belsué.



Foto de David
Fotos de Martin


Cuando me enteré de que se celebraba esta Galopada me resultó extraño que quedasen en este lugar para hacer un “entreno” y más por asfalto, pensé –¿no habrá sitios en Huesca? , pero claro cuando vi el “avituallamiento” ya me di cuenta del porqué del asunto…


Subimos al pueblo y entramos en el local donde se reúnen los vecinos del pueblo, ya estaba lleno de niños comiendo unos macarrones y un lomito bastante jugoso con setas junto con un empanadico casero, estaban iluminados por el fuego de una chimenea en la que algunos aprovechaban para tostarse el pan.

Esperamos a que los niños terminasen, para llevarlos a la casa de turismo rural del pueblo donde pudieron disfrutar de una película, un futbolín y otros juegos, y después corretear por un pueblo que según los vecinos hace mucho que no veía tanto niño, vamos una maravilla, para ellos y para nosotros que podíamos estar tranquilos comiendo. Los mayores estuvimos en la parte de arriba del local donde comieron ellos y que estaba abarrotado.


El “avituallamiento” comenzó con algo ligerito para reponer las fuerzas perdidas en la Galopada…unas judías con chorizo, morcilla y demás nutrientes, que debemos entre otras a las vecinas Trini, Ana Mari y alguna otra de la que se me escapa el nombre, para seguir, algo más ligero, el lomito con setas que previamente habían degustado los peques, todo ello aderezado con un vinito casero que casualmente era de…pues sí, de Siétamo, como colofón el empanadico casero que nos preparó Ana Mari, uno de calabaza y otro de membrillo que casualmente también era de Siétamo, y para hacer una buena digestión, un cafecito con todas sus variantes y unos licores entre los que creí ver pacharán casero y licor de hiervas “El Afilador”. Si a todo esto le unimos la agradable conversación con las amables gentes del pueblo y con los CORREDORES OSCENSES que son los precursores de esta Galopada, pues tenemos un día en el que tanto nosotros, los corredores, como nuestras familias lo pasamos estupendamente. Para el próximo año ya se que tengo que apuntar en mi agenda esta comida… perdón, quiero decir, esta carrera.



Agradecer a todo este grupo de gente fantástica, tanto a los corredores como a las gentes de estos pueblos por su desinteresada colaboración y compañía, por hacer de este, un día tan especial. Es difícil que tanto los corredores como nuestras familias disfrutemos tanto en una carrera.

Gracias desde Siétamo, y el próximo año seguro que nos vemos.





miércoles, 27 de octubre de 2010

XI Carrera de montaña “Os Foratos de Lomenás”


24/10/2010

Partimos de Huesca a media tarde para intentar llegar a Torla antes de anochecer, lo conseguimos justito, justito. Tras ponerles las chamarras a los niños, ya que hacia un poco fresquete, empezamos a descargar maletas, bolsitas, cajas de comida, más bolsitas… vamos, que parece que más que para un fin de semana nos íbamos a quedar un mes, pero ya se sabe con niños lo que más ocupa son los “por si acaso”.

Después de instalarnos en el apartamentito teníamos la idea de salir un poco por el pueblo pero después de los 24 kilómetros de Biescas-Torla y sus curvitas los niños no estaban más que para ver Clan o en su caso el Disney Channel, así que nos toco a mi mujer y a mí hacer la cena y sustituir el Telediario por un capitulo repetido de Bob Esponja y sus amigos.

El sábado era el día que tenía que ceder a la familia ya que el domingo me tocaba correr y ellos deberían esperar pacientemente mi llegada.
Como digo, el sábado familiar no pusimos ningún despertador pues los niños no entienden de fines de semana y su reloj biológico les indica cuando tienen que ir al cuarto de sus padres a preguntar ¿estáis dormidos?, -ya he despertado ¿Qué hago? Y es en ese momento cuando decides que la mejor opción es levantarte. Tras un desayuno familiar (recordemos que es el sábado es familiar), empieza la preparación de la mochila (con sus elementos necesarios y sus “por si a caso”), prefiero no decir lo que pesaba, pero sí diré que la próxima vez prepararé una mochilita para cada uno.
Ahora llegaba la duda de donde ir, se barajaban varias opciones: Ordesa, Bujaruelo o alguna senda que saliera del mismo Torla, finalmente decidimos ir a Bujaruelo. Cogimos la furgo, salimos de Torla, pasamos el puente de los navarros y tras un trozo de pista junto al río Ara (que había mejorado bastante desde la última vez que estuve por estas tierras), nos detuvimos junto a al puente que lo cruza. Empezamos a andar por un senderito muy chulo en el que los niños disfrutaron de lo lindo, corriendo, acercándose al río, metiéndose entre los árboles de unos preciosos bosquecillos junto al camino, en fin que no avanzábamos mucho pero los niños se lo estaban pasando pipa que era de lo que se trataba, pero claro después de tanta actividad el estómago dio su opinión y decidimos hacerle caso, con lo que plantamos el culo en unas piedras y nos tomamos un tentempié, en fin, un paseo bastante agradable a pesar de las varias caídas sufridas por los dos diablillos.

 



Como el paseo no fue muy largo aunque sí intenso aun nos dio tiempo para dar un paseo por Torla antes de comer.



Claro, después de comer, tocaba nueva sesión de Clan y canales afines, mi mujer se decantó por una opción más “romántica”…una siesta, y a mí me tocó (después de fregar) recordar tiempos pasados delante del televisor. Tocaba merendar, duchita de los peques y salir un poco a Torla de domingueros, tras comprar algún cachivache para los niños y recoger el dorsal y la camiseta, vuelta a la guarida, cenita, película de Disney y a dormir. Antes de lo cual me toco preparar la ropa para la carrera, la duda dado el tiempo que se preveía era manga corta, larga, chubasquero???... bueno, mañana veremos…

El día amaneció como era de prever con nubes y claros (más nubes que claros) pero no hacia mucho fresco y como me daba que no iba a llover me decidí como la mayoría por no ponerme el chubasquero y salir en manga larga. Con un besito a los peques y a mi mujer me puse en la línea de salida junto con los poco más 100 valientes para superar los 21 kilómetros que nos quedaban por delante.
A las 10 horas tomamos la salida, mientras se empezaban a preparar los peques para disputar su carrera en la plaza del ayuntamiento.




Bajamos en dirección al parking donde se dejan los coches en temporada veraniega y cogemos el autobús que tras previo pago nos deja en la pradera de Ordesa. En la bajada a saco nos despedía un olorcillo a desagüe que nos llenaba los pulmones para tomar con ánimos las pequeñas subidas que teníamos que empezar a superar tras cruzar el río Ara. Una subida suave pero continua, por senderos, caminos, pistas y medio pistas y un sendero corto pero empinado que a algunos nos obligó a dejar de correr y subir andando a paso ligero. Seguíamos por caminos, praderas y zonas de pasto para tras alguna bajada llegar al primer avituallamiento, algo antes del camping río Ara, tras lo cual ganamos altura tirando otra vez de riñones para perder altura de nuevo rápidamente y llegar al Puente de los Navarros por sendas y caminos por los que daba gusto correr. Aquí teníamos el segundo avituallamiento bien merecido, ya que llegué con la lengua fuera. No me daban las manos para coger la botella de agua, el plátano y la naranja que me fui comiendo en la larga subida que nos llevaba al control 3 y 4 en el que estaba el tercer avituallamiento y nos separábamos de la pista que se hizo un poco larga y fatigosa con salida de sol incluida. En este avituallamiento solo tomé agua para afrontar una senda preciosa que ya había hecho el día anterior con la famili y que casi recordaba piedra a piedra, pero que disfrute muchísimo. Salida a la pista que nos llevaría de nuevo al control 3 y 4 en donde pillábamos el GR.11 para por un sendero junto al Ara ganar altura con alguna pequeña bajada y pasar por zonas de piedras y paredes en las que nos encontrábamos un pasamanos y la presencia de tres guardias de montaña para asegurar. Llegamos al punto más alto de la carrera -1260 metros- tirado de riñones en más de una ocasión y con una bajada a hasta San Antón por delante, en la que me deje llevar a saco por mis nuevas mizuno,- ya se que no es lo más adecuado correr con unas zapatillas a las que tan solo había hecho 20 o 30 kilómetros, pero quería probarlas-, el caso es que en la bajada se portaron de maravilla y recupere bastantes posiciones, (en la carrera prácticamente mantuve la misma posición desde el inicio). En San Antón teníamos el 5 control y 4º avituallamiento, y con la botella de agua en la mano... empezamos a subir??, ¿queda más subida?, pregunto a uno que venia a mi lado, y me dice –queda lo peor-, bueno, no era lo peor, pero casi por inesperado, …-mira que no mirar el perfil-, el caso es que a volver a tirar de riñones, el corredor al que pregunte no paro de correr en toda la subida, yo y todos los que venían detrás andantito, aunque unos más rápido que otros ya que los jadeos que oía se iban alejando cada vez más. Las dos últimas bajadas las hice bastante rápidas dando casi alcance a mi interlocutor, pero decidí que no era una buena forma de entrar en Torla disputando una posición, mejor dejar a cada uno el momento para la foto de entrada a meta, en la que me plante en 1.49.44 con un subidón incluido al escuchar mi nombre por megafonía y con los aplausos del público congregado en la Plaza del Ayuntamiento. En 1.27.06 entro el primero José Luís Arenas Sánchez y en 1.42.15 Gema Martín Borgas.

Unos besitos de la famili para recuperarse de este “paseito” del que acabe bastante mejor de lo que pensaba, unos aventuritas compartidas con algunos corredores a los que poco a poco voy conociendo, y disparado a ducharme y cargar la furgo rumbo a Huesca.

Supongo que habrá sido mi última carrera de montaña este año, pero habrá que seguir entrenando y participando en alguna que otra carrera con que nos deleite algún pueblo para animar más la rutina de los éntrenos que en esta época del año se hace más dura.

Foto Chema