miércoles, 31 de julio de 2013

CIRCULAR RIO Y ACEQUIA CHILLAR – RIO HIGUERÓN


25/07/2013

Ya llevaba más de una semana sin salir a hacer una tirada larga desde la Ehunmilak, y tenía ganas de ver como iba. Había quedado con Paco, un amigo de Velez con el que suelo hacer una salida por la zona de la Axarquía cada vez que vengo de vacaciones, y esta vez me había preparado una salida…fresquita, el calor no está para aventurarse. Aun así, quedamos prontito, a las siete de la mañana nos dirigimos a Nerja, punto de partida de esta espectacular ruta.

Supongo que sobre las 7.30 empezaríamos a correr, no llevo reloj, como siempre, y solo gracias al móvil puedo hacer cuentas y sacar las horas de paso por los diferentes sitios.
hasta aquí llega Huesca...
Después de dejar el coche detrás de la barrera, lugar por cierto prohibido, al parecer el coche se debe de dejar antes de empezar el carril de cemento, ósea, en las urbanizaciones.
Empezamos a correr ya por el cauce de río Chillar, en los primeros metros, por inercia intentas no mojarte pero enseguida te das cuenta de dos cosas, una que al final te vas a mojar sí o sí, y, otra que con lo que refresca y divertido que es ir por encima del agua, es mejor no preocuparse. Además, en esta ocasión las plantillas no se me iban a estropear, me las olvidé e iba sin ningún tipo de plantillas, por cierto, apenas lo noté.
al fondo se intuye por donde va la acequia

Bueno dejándome de rollos, los primeros metros sobre el río fueron chulísimos, yo nunca había estado en esta zona de la que tanto había oído hablar, y además a estas horas no había nadie, como digo, corrimos por el cauce del río disfrutando del paisaje y entrando en calor, cuando ya estabas con un ritmo cómodo, tocaba tirar de riñones. Salimos a nuestra derecha por una senda junto a la tubería que baja de la acequia con la que deben producir electricidad.
por este filo corrimos algo más de 5km.
La subida no era muy larga pero te ponía en tu sitio, ganábamos altura rápidamente para por fin dejar de subir al llegar a la acequia.

A las 7.55 ya estábamos sacándonos las primeras fotos en la acequia, hasta ahora no había sacado ninguna foto por que creía que volveríamos por el mismo sitio, gran error.
La ruta seguía por el borde de la acequia, no apto para gente que tenga vértigo o poco equilibrio, estuvimos sobre 45 minutos corriendo sobre el borde de la acequia, con sus variantes, zonas cubiertas, agujeros, saltos por cambios de altura y curvas, zonas deterioradas, ramas que se metían en la acequia, saltos por ramas, etc. Y lo peor es que a un lado tenias la acequia con su agua fresquita, a la que en un momento dado no te importaría caerte, pero al otro lado, en el mejor de los casos una buena caída y en la mayoría una caída volada. Aunque la verdad solo miraba para abajo cuando me paraba a disfrutar del paisaje, el resto del camino prefería mirar a mi compañero que lo tenía delante. Decir que la final te cansabas de estar tan pendiente de donde pisabas, ya que el “camino” era muy estrecho y se te hacia un `poco monótono seguir la “línea”.
que me caigo...
En muchos lugares me hubiera querido “retratar” pero no se trataba de hacer una marcha dominguera, ya habría otra ocasión. En varios sitios podías apreciar a lo lejos el lugar por donde discurría la acequia, era increíble por donde teníamos que pasar. En uno de los lugares donde paramos a hacer una foto nos plantamos de morros con una Cabra Montesa con su cría, bajaron por un sitio que te quitaba el hipo.   
en este lugar vimos las cabras
Sobre las 8.40 salimos de nuevo al cauce río Chillar, el lugar del desvió, no estaba muy claro, pero el lugar de referencia, son unas ruinas, bueno al parecer hasta hace poco debían de estar en pie y ahora solo quedan un montón de piedras, junto a ellas unos cuantos árboles, digamos, plantados por el hombre, y por supuesto la cercanía del río.
abajo, el barranco del río Chillar

¡que fresquita!
En un primer momento, intentamos seguir un camino, pero finalmente salimos de nuevo al cauce por el que aparte de ser más fácil de correr, era más divertido y refrescante.
Paco de nuevo en el Chillar

Hasta ahora el astro Rey no lo habíamos soportado, apenas unos cuantos metros por el cauce y ya nos teníamos que desviar por una senda a mano derecha, se acabo el agua, hasta nuestro próximo objetivo, el río Higuerón, nos separaban un par de collados, creo que teníamos que atravesar la Sierra de Enmedio.

En esta parte del recorrido tuve que parar alguna que otra vez, el Sol lo sentimos en alguna que otra ocasión pero durante poco rato, y dada la hora que era, apenas te hacía sentir ganas de echar un trago. Durante este tramo, también disfrutabas de unas maravillosas vistas, e ibas viendo los lugares por donde discurría la acequia que habíamos seguido kilómetros atrás.
Las subidas que teníamos que salvar no eran demasiado duras y en las bajadas podías disfrutar mucho, sobre todo en la bajada final al cauce del río Higuerón, en este lugar nos encontramos con una cartel de otra ruta que llevaba a Nerja pasando por la Fuente del Esparto, con unas inacciones sobre su recorrido y alguna mediada de seguridad para los “paseantes”.
Aquí paramos unos cinco minutos para tomar algo y probar el agua que bajaba por la acequia, otra acequia, pero en esta ocasión, no corrimos junto a ella.
acequia en el cauce del Higuerón
a beber...

Enseguida el cauce llevaba agua, que nuevamente mojaba nuestros pies, disfrutabas como un niño, en estos tramos pasabas por unos sitios preciosos, esquivando ramas, pasando por túneles de vegetación.
A las 9.45 ya estábamos pasando por debajo del pueblo de Frigiliana, una suerte tener tan cerca del pueblo este sitio tan maravilloso.
Pasamos por el Pozo Batán, un pozo que se utiliza para riego y donde debe estar prohibido el baño, aunque parece que algunos no lo deben respetar.
Los siguientes 10-15 minutos, fueron los más divertidos de toda la ruta, en lugar de seguir un camino para salvar los saltos de agua, nosotros seguimos el cauce y bajamos por unos saltos y unas oquedades que me recordaban al descenso de algún barrando de la Sierra de Guara, ahora el agua ya te mojaba bastante más que las zapatillas, algún tobogán hacía peligrar la integridad del imprescindible móvil, y te hacía recordar años más jóvenes.
Pero lo bueno pronto se acaba, y cuando estabas metido en harina, el cauce se abría y te devolvía poco a poco a la civilización, en lugar de correr por un cauce bastante ancho y que escondía su liquido elemento bajo sus entrañas, salimos por una pista junto a un casa de campo a nuestra izquierda. Esta pista te hacía tirar de nuevo un poco de riñones para ir ganando altura, y nuevamente bajar hasta el río Chillar pasando por un montón de casas de campo y algunas con una categoría “ligeramente” superior.
Sobre las 10.10 llegamos al coche, nos esperaban tres personas, una de ellas debía de ser algún guarda forestal o algo así, que nos informó que no se podía dejar el coche donde lo habíamos dejado y menos aun después de la barrera, que era donde lo habíamos dejado, al parecer el día anterior habían roto el candado para poder pasar para recoger a alguien, y por eso estaba la barrera abierta.
Bueno, para otro vez ya lo sabemos, aunque ya había un montón de coches aparcados, supongo que se llevarían alguna “receta”.
Otro de los que estaban allí era un corredor conocido de Paco, que estaba esperando a Canal Sur para hacer un reportaje en el Chillar.

Bueno, en resumen casi 2h45m por un lugar bastante agradable, sobretodo para el verano, pero que también habrá que probar en otras épocas del año. Muy recomendable, aunque por la acequia debemos tener un poco de cuidado, aunque creo que se debe poder seguir por otro camino, si seguimos subiendo pasando la acequia, debemos salir más o menos al mismo sito, río arriba en el Chillar

Decir que no vimos a penas a nadie, solo en los últimos tramos, y ya en el cauce del río Higuerón, nos cruzamos con algún “homoguiris”, esta especie es más madrugadora y le gusta salir al campo apenas sale el sol, otra especie más abundante el “homoiberico” es más raro de ver a estas horas y por estos lugares, es más fácil verlo a horas más tardías, ya que es de hábitos más nocturnos y le cuesta madrugar, sobretodo en época veraniega, y se suele ver en lugares de más fácil acceso y más concurridos y “domingueros”.



sábado, 20 de julio de 2013

EHUNMILAK, IV edizioa. !ALLEGADOR¡




Increíble, pero cierto, soy “allegador”, casi no me lo creo.



Esta aventura, que se puede calificar de locura, por las diversas circunstancias, los pocos kilómetros que llevaba, poco más de 1000km, la última semana en blanco por unos problemas en la rodilla, hace apenas una semana, en una salida nocturna a Nocito desde Vadiello, y después de tomar una cervecita en la parada técnica no podía casi dar un paso, sobretodo en las bajadas y los terrenos irregulares, el dolor era enorme, me pasé la semana en blanco y me hice una Eco, que confirmo que no tenía nada grave a simple vista, pero el médico me recomendó que no fuese a ninguna carrera, y menos cuando le dije el tipo de carrera que era, ya que si tenía algo muy leve seguramente me acabaría saliendo, pero claro yo…salí de Siétamo a las 9 de la mañana dirección a Beasain.



Me planté sobre las 12.30 y nada más ponerme en la cola de los dorsales me saluda el querido Roberto Rodrigo, me hizo mucha ilusión encontrármelo, coincidí con él en el Raid de Pirineos del pasado año, y ahora también nos toca estar a los dos casi solos.


Después de recoger los dorsales y demás, preparamos las bolsas para la carrera, y nos acercamos al Palacio de Igaztza para degustar una estupenda comida ofrecida por el Hotel Dolarea, como digo sensacional, abundante y variada, arroz negro, arroz y pasta en ensalada, caldo, verdura, yogures, brazo de gitano, frutas y bebidas, vamos, apto para todos. Una vez llenado el gaznate, y con una calor considerable, acerqué a Roberto a su “aparkalekua” y me fui al mío que estaba en el Instituto, estaba un poco más lejos del lugar de salida, pero tenia duchas en el lugar, y apenas estábamos diez furgos, acabé de plantear las mochilas y me eche una cabezada con el resto de campers en el pabellón del insti que se estaba muy fresquito.

interior del comedor del Palacio Igaztza


Poco después de las 16.30 y después de darme una ducha fresquita, me acerqué al pueblo para dejar las bolsas de corredor. Mientras buscaba a Roberto me saludo un chico con el que coincidí en el ultra de Xerta, charlamos un rato y me comentó que iba a correr la “corta” porque estaba recién operado de varices y se estaba recuperando, otra sorpresa fue encontrarme con Miguel Notario coincidimos hace casi 20 años en Huesca, como pasa el tiempo, además con Miguel me fui encontrando durante toda la carrera.

posando, detras...el txindoki


Ya por fin coincidí con Roberto, estuvimos cambiando impresiones, sacándonos unas fotos y compartiendo los últimos instantes para afrontar todo un reto que no sabia sí podría llegar a buen fin, sobretodo por el temor a que la rodilla no respondiese.



Una txalaparta y unas danzas dan paso al cohete de salida y ¡pum!, ya no hay vuelta atrás.

ellos bailaban ahora, luego nos tocaría a nosotros...

no queda nada...

En los primeros kilómetros, el calor y la humedad hacen que sudes a chorro, pero los kilómetros van pasando, disfrutando del paisaje, nos llueve un poco y las tormentas eléctricas nos rodean ,llegamos bien a Mandubia, primer control de los 16 que había en la carrera, y que era la mejor forma de planteársela, pasito a pasito, después de unos sorbos de Gatorade y agua en abundancia, por el calor, el avituallamiento estaba bastante animado, mucha gente que te daba si cabe, aun más calor todavía, seguimos nuestro camino a Zumarraga, eran casi las 9 de la noche, parada para picar un poco y llamar a la mujer para dar noticias y recordarme que cuando esté mal, que abandone, yo, claro, estoy perfecto…



Ya nos habíamos chupado casi 2000m de desnivel positivo, algo era. Tocaba ponerse el frontal para afrontar 750m positivos para llegar a Gorla, con tormentas a nuestro alrededor hace ya un rato, que bonito, menos mal que apenas nos han mojado unos minutos, aunque el tiempo no me preocupa demasiado, voy más pendiente de la rodilla, que de momento no me impide correr, pero noto que no esta del todo bien, reservo en las paradas. Antes de las 11 llego al tercer punto de control, un chico de la organización me saluda y me dice que si no me acuerdo de él, tras unos segundos de duda, caigo que compartí algunos ratos del ultra de Sobrarbe, y precisamente en la parte más dura, después de comer algo me doy una crema en la rodilla, haber si voy aguantando.



He pasado los 30km, una pequeñez para lo que queda, pero yo solo pienso que la rodilla aguanta, y que voy a por el cuarto control, Madarixa, 14km con unos 500m de positivo y otros tantos negativos, la verdad costaron más de lo que pensaba. Cuando llego a Madarixa llevo ya siete horas de camino y 43km, llamo a mi mujer para decirle que voy “bien” y que hasta que amanezca no la volveré a llamar, como algo y les digo a los de la cruz roja si me pueden dar algo para la rodilla, me vaporizan con reflex, este olor me va a acompañar durante bastante rato de esta aventura.



Pasadas las 3 de la noche llegamos a Azpeitia, que envidia, deben estar en fiestas y la gente te anima bastante, entramos en un pabellón donde está el avituallamiento, me tomo entre otras cosas un gel, y se me antoja una cerveza al ver a otro corredor tomándola, claro, con limón, me entra de maravilla, aunque la comparto con otro corredor, esto me deja como nuevo, pero antes de salir me paso para que me den un poco de crema en la rodilla.



He compartido algunos tramos de carrera con algunos corredores, y vuelvo a juntarme con ellos de nuevo, la rodilla ha pasado a segundo termino, en la bajada a Azpeitia, le he dado una patada a una raíz y tengo el dedo gordo del pie que me va a estallar, supongo que la uña pasará a mejor vida, pero ¡joder! lo que duele. Esto también se me olvida en los 13km y los 1000m+ que me separan de Zelatun, se me hizo eterno y duro, ya empezaba a sufrir, pedazo subida, un@ pareja me pasa a buen ritmo y no les veo el dorsal, han subido para animar y ver como amanece, la verdad es precioso ver amanecer, a pesar del cansancio aun puedo disfrutar de estas cosas, el último kilómetro de bajada hasta el avituallamiento retengo bastante la rodilla, una pena ya que se podía haber disfrutado de lo lindo corriendo junto a las ovejas latxas, me tomo otro caldito, son las seis de la mañana y que puedo hacer a estas horas, si no hay huevos fritos…



Ya pienso en Tolosa, y la ducha que me voy a pegar, más de 1000m de desnivel en bajada, no puedo disfrutar mucho de la bajada por la rodilla, el cansancio y sobretodo por que en algunos tramos el terreno resbala bastante, están marcadas varias piedras y raíces con spray, llego a Tolosa corriendo, km77, dando ánimos a un corredor que llega y va reventado, en Tolosa ducha, cambio de ropa, bueno, me quedo con las mismas zapatillas, y con el mismo pantalón, me confundí, y en lugar de coger mi “pantaloncito rojo” me llevé el bañador rojo de mi hijo, talla 12, y claro todavía me faltan algunos kilómetros para que me entre…después de comer, por cierto muy poco, lo cual me pasara gran factura más tarde, dejé la bolsa de corredor ,y me saludo y dio recuerdos, para orni, el dorsal 203… -que si me acordé, Paco-.





El punto siguiente, Jazkue Gaina, km87,es agradable, se puede correr y la luz del día acompaña, recibo la llamada de mi mujer y paso un buen rato con los voluntarios del avituallamiento, aprovecho para sacar una foto con el Aizkorri a mis espaldas, aunque esto tardará en llegar, antes queda algo tanto o más duro, el Txidoki.


cuando saqué la foto, no parecia "na"...


Pero todavía tengo que hacer los 9km que me separan de Amezdeta, punto fatídico para la carrera. Aquí nos comunican que es posible que se pare la carrera en cualquier momento, amenazan tormentas, y la noche anterior la g2haundiak no pudo subir, de momento nos dejaba pasar, bastante tenía yo, estaba reventado, casi llevábamos 100km, hablé con mi mujer para darme ánimos y decirla que quedaba lo más duro, comí algo y intenté tomar un gel, casi vomito, nunca me había pasado, pero alguna vez tenía que ser la primera.



El calor apretaba, 12km y casi 1800m+ me separaban de Uarrain, que largo se me iba a hacer, casi desde el primer momento sufrí de lo lindo, se me hizo eterno, eterno, menos mal que tuve la compañía en muchos momentos de Luis, un excelente compañero de viaje que desde este momento y hasta la menta compartió mi camino, en muchos tramos, además de la mucha gente que bajaba ya de la cima, mujeres, niños, gentes de todas las edades, hasta alguno con la bici.

Tuve que parar varias veces para tomar algún trocito de barrita, y de paso acordarme de lo mal y poco que había comido en Tolosa, esto no me pasa más…

Pregunté si había alguna fuente por el camino, unos me decían que una, otros que dos o tres…yo seguro que encontraría las tres, y ya creo que las encontré, que buena estaba el agua, es uno de los mejores recuerdos que tengo de la carrera, las fuentes con agua tan fresquita, solo de pensarlo se me hace la boca “agua”, pare en más de ocho fuentes que pude pillar durante toda la carrera, no se me olvidaran cuando vuelva a pasar por esos lugares.



Bueno, vuelvo al tema, que me voy, lo pase bastante mal subiendo al Txindoki, en el control de paso no nos dejaron subir y bajar la última “tachuela”, como la noche anterior a los de la g2haundiak, seguimos y el tramo que nos separaba de Uarrain se me hizo más largo todavía, pensaba que ya estaba cerca el avituallamiento e iba seco. Pero además dos chicos de la organización que venían en dirección contraria iban diciendo a la gente, que iban a cortar por la tormenta, nos comentaron a Luis y a mi que seriamos los últimos, menos mal que pasamos, debieron de dejar pasar a tres o cuatro más, que suerte, pero que mala suerte no tener ya a casi nadie detrás, por lo que pueda pasar y con todo lo que quedaba…una larga noche.

Aun tuvimos que subir y bajar un buen tramo, y de terreno técnico, ya iban avisando las temidas y olvidadas ampollas, cuando llegué al avituallamiento iba exhausto, 108km, quedaban 60km, una ultra Sobrarbe, mejor no pensarlo, mejor pensar que hasta Lizarustí, el siguiente punto de para, es todo bajada.



El recorrido es agradable, y encima con otro par de fuentes que te dejaban como nuevo, pasamos por un lago que te hacia llevar mejor los kilómetros, aunque el calor era sofocante, los últimos km., aunque muy bonitos, se nos hicieron muy largos, una breve parada, el calor en la carpa de avituallamiento no se podía aguantar, y las ganas por llegar a Etxegarate y ducharme me hicieron no plantar el culo mucho.

Salí solo, con muchas ganas y pensando en mi duchita, no vi a Luis y pensé que había salido, aunque en realidad estaba curándose unas ampollas. Este tramo era bastante agradable para correr, aunque me paré bastantes veces, hablé con mi mujer, con Oscar Plasin, -Martin, se que también me llamaste, pero la cobertura estaba fatal y decidí no coger más el teléfono-, pasaron dos enfermeros buscando a un corredor que se había caído, me paso Miguel Notario, un viejo conocido, y también Luis, al que creía más adelante.

El terreno era agradable, un bosque en su mayoría de hayas, al que no entraba mucha luz, así que el calor se llevaba mejor. Pero por fin llegamos a el punto 12, 130km y última parada “grande”, llegados aquí no se podía abandonar, aunque algunos tristemente lo harían.

Me cambié de ropa totalmente, de zapas también, aunque esta vez tuve que pedir una toalla, los de la cruz roja me dejaron una supersabana, después de estar limbito, unos macarrones, un caldito, algún que otro picoteo y salida para afrontar los 9km hasta San Adrián, con toda la noche por delante.

Este tramo lo compartí con más gente, y fue más agradable y llevadero, aunque al final me quedé con Luis, los otros llevaban un ritmo muy fuerte, y otros se quedaron por detrás, menos mal, es mejor tener gente por atras, nunca se sabe. Alguien nos dijo que llegábamos en media hora, será recién levantado, porque nos costó hora y media desde que nos lo dijeron. Aquí había ambiente y gente animando, vaya ganas, bueno, aunque eran las 12 de la noche, una buena hora…para comerte un buen filete y lo que venga…



Ahora quedaba lo más duro, la foto posando con cara de felicidad y el Aizkorri en de fondo se iba a convertir en realidad. Si en el Txindoki estaba reventado y me costó subir, aunque luego en llano y bajando sí que podía correr algo, aquí la cosa fue peor, estaba destrozado, no podía dar casi un paso, me iba quedando sin fuerza poco a poco, me tambaleaba y por momentos temía caer, me tenía que parar para beber y tomar pedacitos de barrita, menos mal que iba con Luis, él me esperaba subiendo por si me caía, y yo lo haría bajando, él tenía miedo a torcerse un tobillo y como no debía venir mucha gente detrás, mejor era ir acompañado. Para colmo bajando, la luz del frontal me molestaba, tenía que parar y apagar, era la segunda noche, y creo que me estaría quedando dormido, porque también veía cosas “raras”, por momentos tenía que acelerar bajando para tener fija la vista y así engañar a la mente, aunque finalmente busque un riachuelo para refrescarme un poco la cara, lo pasé bastante mal.

en el fondo Aizkorri, no sabia lo que me esperaba...




Como digo la subida al Aizkorri se me hizo dura, no recuerdo que en Zegama me costara tanto, encima parte de la bajada era supertécnica y lo único que hacías era cargar las rodillas y darle tute a las ampollas, pero todo pasa y coronamos, y bajamos, y bajamos, y llegamos al refugio de Oazurtza, tuve que ponerme una manta para no quedarme frío, comí poco, porque aunque estaba desmallado no me apetecía gran cosa, me lleve una buena bronca de Luis por no comer –luego dices que estas muerto -, decía, y tenía razón.



Pero de aquí a meta ya solo quedaban 20km, quien lo iba a decir, ahora aunque fuera arrastrado, pero sabíamos que íbamos a llegar, sí o sí.



Nuestro objetivo Mutila, -700m de desnivel y 10km, un paseo, que no lo fue tanto, nuestro ritmo desde hace tiempo, era de velocidad “un p’lante dos p’tras” , ósea, que a este paso no se cuando íbamos a llegar, ya llevábamos varios tramos de carrera así, esto lo que hacia era que creyésemos que llevábamos recorrida más distancia de la real, y al llegar al pueblo de Zeralain, no encontrábamos las cintas que nos llevaban al avituallamiento, estuvimos buscando un buen rato y nada de nada, por fin vimos unas cintas que salían del pueblo, y Luis le pareció reconocer el lugar donde estaba, pero era la luz de una casa particular, miramos el road book y nos dimos cuenta del error, el pueblo del punto 15 era Mutiloa y no Zeralain, decidimos seguir las cintas que salían del pueblo, un poco cabreados, pensando que llevábamos mucho mas de 10km, a algún sitio llevarían las cintas, no podíamos habernos pasado ningún cruce y haber atajado, la duda la llevábamos con nosotros, porque después de andar un buen rato, bajar, cruzar un río, pasar por una casas en las que seguro que estaría el avituallamiento y no estaba, veíamos que salíamos por una carretera, -era imposible, nos han engañado con la distancia-, pensábamos. Definitivamente paramos, saque el teléfono y llamé a la organización, les expliqué más o menos donde podíamos estar, aunque no nos aclarábamos del todo, si me quedó claro que había que pasar Zeralain y seguir adelante, así que a las 6.15, ya amaneciendo nos plantamos en Mutiloa, ya era hora.



Una señora de la cruz roja me embadurno con reflex por toda la pierna, casi sin pedírselo, comimos algo, poco por cierto, con la consiguiente bronca de nuevo de Luis, y a por los 10 últimos kilómetros.



A nuestro paso, lo hicimos todo prácticamente andando, Luis no podía correr mucho hace tiempo, y aunque me dijo que tirase p’lante hace tiempo, le contesté, que me daba igual llegar una o dos horas antes, que ya que habíamos pasado juntos lo peor, y ya seguiría a su lado hasta la meta, para llegar juntos, tardamos 2h20 en llegar a Beasain, casi el doble de lo normal, pero contentos y corriendo en el último tramo, como unos campeones, y con todo el sol dando de pleno, no tenía ni la menor idea de la hora que era, como siempre no llevo reloj, instantes antes de llegar me dijo Luis que eran las 8.30, me dio una alegría enorme, pensaba que era mucho más tarde, finalmente a las 8.45 nos plantamos en Beasain, 38h43m para recorrer 168km y 11.000m de desnivel positivo, y otros tantos de negativo, que también cuestan lo suyo.



No me lo podía creer, cuando hace una semana apenas podía dar un paso con la rodilla, el cuerpo es un misterio, aguanta más de lo que pensamos, pero esto me sirve para aprender y no desafiar tanto al destino, tengo que prepararme más, no puedo confiar tanto en “por cojones voy a terminar”, tarde o temprano el cuerpo dirá basta, no puedo plantarme con 1000km en lo que llevamos de año y después de una semana parado y con la rodilla como la llevaba, e intentar afrontar esta carrera, no es necesario sufrir tanto por no ir un poco mejor preparado, no se puede ser tan inconsciente…bueno de todo se aprende, aunque no sé, el año pasado me pasó lo mismo con el Raid de Pyrinnes.

con Luis


Bueno, aquí no acaba la aventura, Luis me acerco al insti, donde tenía mi furgo, nos sacamos una foto y nos despedimos…me pegue una ducha y a dormir, antes llamé a la mujer para decirla que estaba vivo, me devolvió la llamada sobre la 13.30 y claro ya me levanté, bajé al pueblo y apenas había ambiente, al haber cortado la carrera, mucha gente ya se había ido el día anterior.



Compré algunos dulces para la familia y me comentaron que en el poli había picoteo y masajistas, cuando llegué ya solo quedaba el picoteo, pero me comentó un chico que en el poli había una zona de saunas y piscinas relax que eran una pasada, así que cogí el bañador talla 12 de mi niño y aunque me costó me lo enlaté, vaya pasada, me quedé como nuevo, cochorros y burbujas por todos los sitios, tuve que salirme porque me iba a quedar tan relajado que luego cualquiera volvía a Siétamo.

Tras esto un par de pintxos y una cervecita sin, y de vuelta para la Villa, tuve que parar dos veces porque me estaba quedando dormido, pero al fin llegué a mi querido sofá.



Como siempre, agradecer a los más de 1000 voluntarios por llevar a buen termino esta carrera, es difícil tener un año lluvias a saco, y otro un enorme calor y con tormenta eléctrica, a veces se tienen que tomar decisiones que supongo que no gustan a todo el mundo, pero la seguridad creo que es lo primero, por lo menos cuando dependemos de otros. La verdad, se portaron muy bien con nosotros, estaban muy pendientes, sobretodo de que bebiéramos, insistían mucho en este tema, con algunos me reí montón, esto hacía que se llevase la carrera mejor.



Saludar y dar ánimos a los corredores que no pudieron acabar porque se tuvieron que retirar, casi 100, y a los casi 100 que les pararon la carrera, todos lo intentamos y sufrimos, somos unos campeones.
 
con Roberto Rodrigo antes de salir


En especial saludar a Roberto Rodrigo, que esta vez no lo vi en toda la carrera, y fue uno de los que retiraron, a Miguel Notario que lo perdí de vista pero he visto que llegó poco después de mi, a Pablo Apesteguia, el dorsal 203 amigo de Orni, que me saludó y me dio recuerdos para Paco, y que he visto que tuvo que retirarse en Etxegarate, al corredor con el que coincidí en Xerta, que no recuerdo como se llama y no se como le ha ido, espero que bien, y finalmente a Luis Alberto Nuñez, mi compañero de viaje durante muchos kilómetros, que no me acordé ni de pedirle el teléfono, un saludo y animo a todos…









viernes, 5 de julio de 2013

Entrenando por Teruel

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…, bueno, la verdad es que ni vi el Pisuerga, ni estuve en Valladolid.

Donde he estado este martes, es en Teruel, el miércoles tenia un tema de oposiciones de magisterio, y nada más aterrizar en la habitación, poco antes de las ocho de la tarde, y después de una tormenta que había dejado un día precioso, me puse el pantalón corto, pregunté donde había algún camino, y después de dos respuestas que me enviaban en la misma dirección, -pasando Dinópolis sale un camino, y por ahí ya te metes en el monte…-, eso me contestaron más o menos las dos personas a las que pregunté.

Pues nada, manos a la obra, me dirigí corriendo a Dinópolis, pasé junto a las ferias que estaban por la zona y nada más pasar junto a un dinosaurio vi una pista y p’lante.

La pista tendía hacia arriba, que era lo que me interesaba, y llegué hasta una bifurcación, frente a mi, una cota, y yo claro, p’rriba, cualquiera que me viera…
p'rriba

al fondo vistas de Dinópolis y Teruel 


Desde la pequeña elevación divisaba toda la ciudad de Teruel y la zona donde teóricamente tenía que correr. Tenía que bajar nuevamente a la pista, pero vi un “sucedáneo” de sendero, y me dispuse a averiguar si realmente era una senda.
sendas poco marcadas...tuvieron la culpa
¿dónde voy?
¡adentro! 
pisando fuerte...

La verdad acerté, una senda que iba coronando todas las cotas del ondulado terreno, cada poco esta marcado con unos hitos, la senda se adentraba en pequeñas zonas de bosques y por momentos desaparecía, pero seguía intuitivamente y encontraba de nuevo la senda, me lo estaba pasando pipa, y además alucinaba, porque siempre que perdía la senda la volvía a encontrar, finalmente acabé en una pista y como me iba alejando me plantee en tirar a saco campo a través, pero aguanté un poco y llegué a una pista bastante más nueva que salía de una finca con un nombre muy curioso, había llegado a… La Gloria.

La pista esta muy bien, pero me estaba desviando mucho, temía alejarme demasiado y salir en medio de Teruel con estas pintas, y encima con la camiseta de “guiri” de Huesca.
 

bonitos rincones

Bajé la pista un rato, pero creí que era el momento de salir y meterme campo a través, y entonces es cuando me acabe de creer, eso de que todos tenemos un doble, mi doble no sé si era físicamente igual que yo, pero desde luego, mentalmente a la hora de correr debía de pensar lo mismo, porque os juro que iba corriendo a tuntún e iba alucinando al encontrarme cada poco con mojones marcando lo que podía ser una senda, no sé si la ruta era para los cazadores o de alguna carrera, en algunos hitos había una marca azul, y también me encontré con tres o cuatros cintas en los árboles.
cinta, mojón, y al fondo pequeña senda

La ruta fabulosa, en especial los últimos kilómetros de la zona de bosque, la bajada por una vaguada de terrazas era muy divertida, y disfruté como un niño, menos mal que decidí por aventurarme por estos “lares”. Más o menos una hora sin prisa y sin mirar el reloj, que por cierto no lo llevaba...
 


Una buena experiencia, en un día en el que no tenía intención de ponerme de corto, sino de ir a disfrutar de las prefiestas de Teruel…

los árboles también querían correr...



lunes, 1 de julio de 2013

5ª Ultra-Trail Sobrarbe

Como siempre partimos de Siétamo, esta vez el equipo completo, y con un acompañante de lujo, Oscar Plasín.
Nos presentamos en la Villa de Aínsa poco antes de las 19.30, tiempo suficiente para coger los dorsales, saludar a varios compañeros de fatigas y preparar el buzo de trabajo para la carrera.

A las 20.30 habíamos quedado para cenar, pero la gente se iba retrasando, así que mientras aprovechamos para ver si la cerveza es tan buena como dicen…

Sobre las nueve estábamos casi 20 comensales dispuestos a meter algún hidrato de carbono en nuestro organismo para sobrellevar lo mejor posible la “excursión” del día siguiente. Buena comida, buena conversación, y además en buena compañía, el café y el carajillo, lo dejamos para otro día, la hora de salida de la carrera hizo que muchos desistieran.

A las cinco de la mañana deberían de haber sonado los despertadores, pero como siempre el oxigeno no es el mismo en todas las habitaciones, ya desde mucho antes se empezaron a oír ruiditos de todo tipo.

Después de acicalarnos un poco, nos presentamos en la zona deportiva donde disfrutamos de un desayuno y aprovechamos para saludar y sacarnos varias sesiones de fotos con el numeroso grupo de Peña Guara que acudió a la carrera, éramos tantos que siempre faltaba alguno, durante la carrera era raro dar una patada a una piedra y que no apareciese alguno.
estudiando a sus rivales
 
Pasado algún minuto de las seis de la mañana, salimos del campo de fútbol, con una temperatura perfecta, buscando nuestro primer destino, El Pueyo de Araguás. En estos primeros kilómetros adelanté posiciones para poder correr tranquilo en los sube y baja del g-19, pasamos Araguás y se iban haciendo grupitos de corredores, pude compartir conversación en uno de ellos antes de llegar a Laspuña, y la verdad se te pasa el tiempo y los kilómetros que no te enteras.

Nos presentamos en el primer avituallamiento de Laspuña, en poco más de una hora, los primeros habían pasado hace menos de diez minutos, creo que íbamos un poco rápido, el año pasado me pego una pájara subiendo a Tella por ir como un loco a Lafortunada, así que a partir de aquí me lo tomé con más tranquilidad, en este tramo corrí solo, menos los últimos dos o tres kilómetros en los que pillé a un tren de unos diez corredores.
En el avituallamiento de Lafortunada, aproveché para recargar bien, y pasarlo lo mejor posible en la primera subida, eché en falta a Ramón sacando fotos en las primeras cuestas como en años anteriores, pero seguro que no estaba quieto.
Salí tras Javisa que prácticamente no paró, ya lo hizo en Laspuña durante un buen rato. La verdad subimos bastante bien, nos dieron alcance la pareja de Sarrios, Victoriano y Ondieva, que máquinas, están como unos toros, bueno… como unos Sarrios, aparte, no se pierden ni una, claro su compañía no duró mucho, se esfumaron en poco tiempo.

Llegué más o menos bien al Dolmen de Tella, y por su puesto mucho mejor que el pasado año, ¡ah!, y por cierto, el dichoso Dolmen todavía no lo he visto, y eso que esta vez he intentado hacer por verlo, pues nada, tendré que repetir otro año.

La subida a Portiello se me hizo un poco más dura, pero más o menos lo supe llevar, el avituallamiento de la Fuente del Trucho, antes del paredón final viene de cine, me tomé mi tiempo para beber y picar algo antes de volver a las andadas.
Tras hacer cima, nos separaban casi cinco kilómetros de bajada, bonita para correr, técnica en algunos casos, y muy agradable en las inmediaciones de Bielsa.
un turista en Bielsa

Una larga parada en Bielsa, punto final para los maratonianos, el cuerpo tiene que recargarse para evitar el pajarón del pasado año en la subida a la Cruz de Guardia, en las primeras rampas estuve acompañado, con todo el cariño, de un “giputxi”, buena compañía, y conversación, recibiendo consejos de lo que nos esperaba, ya conocía la carrera, y buenas también las indicaciones que me dio para la Ehunmillak, pero la compañía no duró mucho, su ritmo era más atrevido que el mío, y poco después de que nos pasara la ganadora del pasado Ultra de Jaca, Esther Arias, se fue distanciando.

Pero a pesar de la dureza, no lo llevaba mal, pensaba en lo que sufrí hace dos años y, esto me daba ánimos. Tenia ganas de salir del bosque, porque aunque el calor caería a plomo, vería la última rampa, la rampa final, la rampa de los “zombis”…, en todas las carreras hay una, y en esta estaba Ramón para dar constancia de ello con su cámara.
que voy


por fin
Llevábamos 51 kilómetros, lo peor ya había pasado, quedaba una preciosa bajada, que en otras circunstancias hubiera disfrutado de lo lindo, pero estas malditas ampollas que no se me acaban de ir desde la carrera de Gavín, y que hasta ahora las llevaba bien, las quería seguir manteniendo alejadas, así que me tomé la bajada tranquilamente, tuve una grata compañía en algunos momentos, Txema, un corredor de Huesca, que me debe seguir por el blog, me acompañó en muchos tramos en la ultima parte de la carrera, Bielsa-Plan.
Martin llegando a la Cruz de Guardia

El avituallamiento de Serveto, fue uno de los mejores, todos fueron buenos y esperados, y los voluntarios súper amables, pero en este, los ánimos ante los dos últimos repechos, y sobretodo, el agua súper fresca, te daba el último “txute”, para afrontar nuestra caída a Plan.
no somos nada
     
Hasta Gistaín, tuve de nuevo la compañía de Txema durante un buen rato, pero al bajar me tenía que controlar, el cansancio también hacía mella y la falta de kilómetros en estos últimos meses se tiene que notar en algún momento.
En Gistaín, agua fresquita y buenos ánimos del voluntario, un chavalote majísimo, parece que te conociera de toda la vida, así da gusto, los ánimos hacían falta, porque la baja hasta el “banderín rojo de Grifote”, se hace pesada, ese asfalto…, menos mal que el “coche escoba” de la media maratón pasaba en ese momento, una chica y una chico, creo que era el joven de 14 años que quería hacer la ultra, ya tendrá tiempo de “sufrir”.

Una pena no poder disfrutar en todo su “esplendor” de la bonita y rápida bajada a San Juan de Plan, pero bueno, no nos vamos a quejar, las voces de los “spikers” ya se oían desde hace tiempo, pero ahora sí que estábamos realmente cerca, auque la pista que nos separaba de la meta tras cruzar el río Zinqueta, se hacía un poco larga, algunos se venían a bajo y no tenían ganas de correr, otros te pasaban dándolo todo, y otros íbamos tranquilitos, pero sin pararnos, no vaya a ser que se acabara la cervecita fresca en la que venía pensando desde que salí de Bielsa.

La entrada de meta, espectacular, animada “graciosamente” por los “spikers”, 10 horas y 11 minutitos, dos horitas menos que hace dos años, el calor ha sido clave para rebajar los tiempos, el ganador, el súper maquina, después de pasar una noche romántica bajo la luna de Guara, Roberto Anés, rebajo en 40min., el record del recorrido de hace dos años.
Martin que grande eres
La otra mitad del equipo de Sietamo runners, Martin, también acabo en un tiempo fantástico, 11 horitas, que saben a gloria, después de los problemas físicos que ha tenido estos últimos meses. Resaltar también los tiempazos del superChalenger, Oscar Plasin, sexto, y con el tobillo como una bola de villar, y como no, la del abuelo Javisa, 55,95 años.

En esta carrera no competitiva, los tiempos y las posiciones son lo de menos, no se ven grandes sprines en la recta de meta, y sí, mucha gente llegando abrazada o con las manos unidas. Después de la llegada lo que nos apetece es darnos una duchita en ese aaaaaagua del pirineo, lastima que nos quedamos sin bañito en la piscina, y después, disfrutar de una comida de verdad, no es por desprestigiar los “estupendos, exquisitos y variados geles”, pero donde esté una longaniza y ese yogurt casero…
Aunque en mi caso, aproveché antes para dar trabajo a los de Podoactiva y que me repasasen “Miss Ampollas 2013”.
ultra Sobrarbe 2010, Martin tirando hacia Biados
llegando a Biados, con los aplausos de Bergua, que recuerdos

Nada más que decir, solo agradecer, como siempre en todas las carreras, pero en esta ocasión, más aun, ya que el cariño con el que este club y las gentes de toda esta comarca ponen, es increíble, se respira un ambiente único, que contagia a todos los participantes que año tras año, llegamos a Aínsa. Esta fue mi primera ultra, todavía me acuerdo de mi llegada a Biados, allá por el año 2010, Martin fue el que me animó a participar en estas chaladuras, y si no llega a ser por él no lo hubiera conseguido. Este buen recuerdo del ambiente que se respiraba, de los preciosos lugares por los que pasamos y, de los macarrones que tome después de una ducha, que sé que estaba fría, pero que me debió de sentar tan bien…

Hasta pronto, un Allegador más.   


66 km y 3900m+

                                                       "ALLEGADORES"