jueves, 2 de julio de 2015

7º Gran Trail TERNUA SOBRARBE

Otra año más nos  plantamos en Aínsa para disfrutar de esta Ultrafamiliar Trail, este año denominado Gran Trail TERNUA SOBRARBE, aunque este año era “competitivo” el espíritu se sigue manteniendo a pesar de que el número de participantes se vaya disparando.

Acudo como siempre la noche anterior con Martin para cenar tranquilamente en el Hotel Sánchez que tan bien nos acoge año tras año, la verdad parecía el comedor de Peña Guara, estábamos un montanazo de gente, vaya cantera que se está formando, bueno cantera de carrozas porque ya vamos teniendo una edad aunque nos quedan muchos años por delante…

Después de una cena copiosa salimos a pasear un poco para bajar la cena y antes de las 12 estamos en la cama, mañana a las 5 nos tenemos que poner en pie para estar de corto a las 6, ya es la 7ª edición y a excepción  de la primera en la que no estaba en este mundo, he acudido a todas.
Recuerdo con mucho cariño la primera edición, también iba con Martin, fue el que me introduzco en este mundo, en aquella ocasión era un gran reto para mi solo el acabar, además en esa edición eran dos jornadas, que finalizamos agónicamente pero muy contentos de haber finalizado. Desde entonces las siguientes ediciones las he acabado disfrutando en todas ellas, sufriendo en muchos momentos, y poco a poco mejorando edición tras edición, pero este año con un nulo entrenamiento sabía que me iba a tocar sufrir de verdad, esto se iba a agravar con la ola de calor que se anunciaba, pero por otra parte se me iba a hacer más llevadero porque tenia la intención de ir toda el rato acompañado por Martin que no estaba muy fino y además tenía que cuidarse para su gran reto, UTMB.
 
Eran las 6 de la mañana y apenas sin desayunar, mal empezamos, estamos en el campo de fútbol saludamos a los asiduos y a otros no tanto, pero con especial cariño a nuestro gran compañero el sr.Ornitorinco, suena el pistoletazo de salida y con los primeros rayos de luz nos disponemos a afrontar el tramo más rápido y “peligroso”, no por que esté expuesto, sino por que se puede ir rápido y esto te puede pasar factura si te pasas, lo digo por experiencia, pero en esta ocasión y haciendo caso de los consejos de mi compañero de equipo vamos a paso de principiantes, algún sube y baja, primer avituallamiento en Laspuña y a buscar el salvaje Cinca, correr por su margen izquierda es una maravilla, casi tocando el agua, algunos la tocaron al confundirse de camino en algún punto y tuvieron que vadearlo, no les vendría mal para refrescarse un poco. Nos presentamos en Lafortunada km.25, ya tenemos más de 1/3 de carrera por lo menos en kilómetros, porque todavía nos queda todo el desnivel.

Repostamos un poco - por cierto avituallamientos muy poco variados y monótonos, es la única objeción que puedo hacer en estas 7 ediciones, lo ponen muy difícil-  y seguimos carrera, hasta ahora la sombra nos acompaña, hemos ido despacio y creo que no va a ser difícil afrontar la subida que también conocemos, nuestro paso es lento…pero seguro, muchas caras conocidas nos pasan, hasta nuestro querido orni llegamos a Tella más o menos bien, le comento a Martin que todavía no he visto el Dolmen, se queda un poco alucinado, pero es la verdad, en otras ocasiones llego a piñón miro como un idiota y no veo na de na,  pero ahora más despacito y con las indicaciones de mi compañero de fatigas logro por fin verlo. Este avituallamiento igual que los anteriores pero con un abrevadero con el agua fresquita, esto nos dará ese plus para afrontar la subida al Portiello de Tella
 
Enseguida nos desviamos del gr.19 para buscar su variante 19.1 para seguirlo hasta casi la finalización del Trail. El calor se empieza a notar pero una ligera brisa lo hace más llevadero, la verdad hasta ahora encantados con el tiempo, las lazadas del camino se suceden y vamos ganando altura poco a poco, el cansancio lo empieza a aparecer pero la banderola de la Fuente del Trucho ya se ve, un poco de líquido y a la fuente, la primera intención era meternos enteros pero esta fría de cojo…..así que repostamos agua fresquita y nos refrescamos la gorra, queda una rampa de 200 metros de desnivel que es un “poco” durilla, pero todo se acaba y nos plantamos en el Portiello, nos sentamos a tomar aire y disfrutar del paisaje, observar la magnifica Edelwais y afrontar la bajada a Bielsa, casi 1000 metros de desnivel y unos cinco kilómetros de empinada bajada.

Quitando la primera parte con muchas piedras suelta, el resto se lleva bien, no hubo ninguna incidencia salvo el despiste en una zona del Barranco de Montinier en el que no es la primera vez que nos despistamos, y al parecer no hemos sido los únicos ya que el camino estaba pisado y lo peor que ya sabía que existía ese problema, pero la cabeza estaba más en Bielsa.

Ya hemos hecho la maratón, estamos en Bielsa, poco a poco hemos llegado, la última parte del camino ya es conocida además de por el Ultra por la carrera de de montaña, en esta ocasión vamos más chino-chano.
Aquí nos pegamos un “fiestón” en el avituallamiento, coca cola y un plato de macarrones, con esto creo que podremos subir sin problemas a la Cruz de Guardia. Al salir de Bielsa una nube nos libra del sol que ya empieza a ser “molesto”, tras acompañar al Cinca unos metros nos despedimos definitivamente de él, la subida empieza con una fuerte rampa para poner el corazón a cien, la rampa tiene tela, pero se acaba, un último avituallamiento de agua y a jugar…
Tenemos por delante unos tres kilómetros más o menos llanos con alguna mini bajada,  pero esto se acaba, el calor aprieta, la pendiente manda, y todo hace que en varios momentos me sienta totalmente reventado y tenga que parar para coger aliento y tomar unos de esos geles “deliciosos” y no desfallecer, aprovechamos los arroyos para refrescarnos, sientan de maravilla, menos mal, en uno de estos momentos nuestro acompañante Carlos Escario que desde Bielsa nos daba conversación nos deja, iba más fuerte y le estábamos ralentizando mucho.
 
La dura subida da para mucho, hasta para una siesta que por primera vez en todas las carreras que he participado pude disfrutar, solo fueron cinco o diez minutos, pero nos sentó de maravilla, la subida se hizo más llevadera, nos pareció que soñamos y todo porque vimos durante unos instantes a “el corredor sin fin”, Javisa, y su hermano, que estaban de “excursión”, unas fotitos, muchos ánimos y para arriba, ya queda poco, vemos el final, los barrancos ya no solo sirven para refrescarnos, aprovechamos para beber, que fresquita está el agua…
Vemos el final, esta cada vez más cerca, la última rampa es dura pero es la última, y vemos a Ramón que le está dando al botón, foto, foto y foto para retratar la cara de dos campeones.
 
Un rato de descanso bien merecido, pero sin abusar, el tiempo de corte no esta muy lejos, parece mentira, nunca había luchado contra el tiempo, aunque esta vez voy un poco más sobrado que en mi participación en la Apuko.
El descenso en esta ocasión es más tendido y con un terreno agradable, además Ramón va dejando constancia de nuestros pasos con sus instantáneas.
En la zona de Los Solans nos despide él y más de un centenar de vacas que ya están acostumbradas a ver correr a unos locos.
 
El calor se sigue notando, pero ya hemos visto Plan en la lejanía, pero primero está Serveto, un mini descanso y a por la última subida, apenas 100 metros de desnivel, pero el calor ya esta en el ambiente, ahora las sombras no te quitan el calor, el aire esta viciado. Llegamos a una pista por la que vamos andando aunque no tenga pendiente, ya estamos muy cansados, en algún momento corremos algo para que no se haga eterno, alguna parada para picar algo, ya hace tiempo que vemos y “oímos” Plan, y llegamos a Gistain el último avituallamiento y el más fresquito.

Corremos para salir de la carretera y coger el camino zigzageante que nos dejará en San Juan, pero apenas nos metemos  nos pilla el Gran Michel, que sorpresa, pensábamos que esta sufriendo por atrás, pero pudimos disfrutar de su compañía los últimos kilómetros y entrar en meta juntos.
Entramos con los ánimos de uno de los organizadores más entrañables, Alberto del Bosque y los aplausos de los compañeros de Peña Guara y el resto de público. Poco más de 13 horas nos ha llevado este paseo por estas zonas tan bonitas del Sobrarbe, no voy a decir que volveré, porque eso está hecho, solo diré que ha estado todo perfecto, este año se ha notado mucha más presencia de voluntarios, que siempre hacen más agradable la carrera, la organización estupenda como siempre, el único pero, aunque ya estaba avisado, los avituallamientos un poco sosos, y como no, la cerveza para pasar la longaniza, que peto el surtidor, mecachis…

¡Ah! Gracias Martin! por tu compañía, fundamental para llegar al final del  camino.


                                       CLASIFICACIÓN